El 8 de agosto de 1969, los “cuatro fabulosos de Liverpool” quedaron inmortalizados sobre el paso de peatones, situado en el barrio de St John’s Wood (norte de Londres), en la célebre e imitadísima instantánea, todo un icono de la historia del pop.
El disco iba a llevar por título “Everest”, en honor a la marca de cigarrillos favorita de Goeff Emerik, ingeniero de sonido de los Beatles, aunque la idea de cubrir la portada con el Himalaya desalentó a Lennon y compañía.
150.000 turistas lo cruzan cada año, ha sido imprimido un número incalculable de ocasiones y ahora ha recibido el reconocimiento que debía.
El secretario de Estado de Turismo y Patrimonio británico ha declarado que "no es un castillo o una catedral, pero tiene la misma fuerza que cualquier otro lugar para ser parte de nuestro patrimonio".
La cultura Rock está comenzando ha generar tal importancia entre la población mundial que es normal que se comience a estudiar en institutos, universidades y a ser considerado algo realmente importante.
Un movimiento que ha logrado pasar del rechazo absoluto a ser, probablemente, el movimiento cultural más importante del pasado siglo, no puede pasar desapercibido para las próximas generaciones.
Nos alegramos por ello.