Pasaban las 9 de la noche por unos minutos cuando una Joy Eslava madrileña, abarrotada de público y jóvenes pinups explotaba en aplausos al ver salir al escenario a Imelda May.
Impecable, con una sonrisa que ilumina toda la sala, tupé con caracola blanca como nos tiene habituados, coleta, vestido ceñido al cuerpo y unos tacones de vértigo, la irlandesa había venido a demostrar porqué cada vez que aparece por nuestro país tiene que ir a salas más grandes.
Imelda May ofrece algo que es difícil de ver encima de un escenario: un gran show de música rockabilly. Y nos dejó a todos boquiabiertos.
Ella sabe que el éxito es merecido, tiene 35 años y se subió con 16 por primera vez en un escenario de su Irlanda natal donde casi no le dejan entrar al local, salvo porque era su propio concierto.
En cuanto a lo musical, Imelda se centra en el rockabilly que ha hecho toda la vida, si no hubiera llegado este éxito ella hubiera seguido haciendo la misma música, es su gran pasión, no es una moda "Vintage" como se dice ahora, es que para ella el mundo se tendría que haber parado en los 50 para disfrutar de los pioneros de este género.
Simpática, agradecida a su público, a todos los que trabajan para que sus shows suenen bien, y por supuesto a sus músicos, perdón MUSICAZOS. Lo que lleva alrededor es la red que a cualquier trapecista le gustaría llevar, una máquina tan bien engrasada que no da miedo salir al escenario. Lo de Al Gare al contrabajo no es normal, este tipo ha tenido que pasar 3 vidas durmiendo con su bajo para poderlo dominar de la manera que lo hace, claro que mientras este dormía con su contrabajo, el percusionista Steve Rushton debía quedarse exhausto encima de la batería y al despertar seguir tocando hasta que le suben a un escenario y , como el conejito de duracell, no para…qué manera de dominar los instrumentos. Cierran la lista de músicos "mi marido" Darrell Higham a la guitarra rockabilly, espectacular y su compañero multiinstrumentista que nos dejó a todos atónitos con el manejo de guitarra, trompeta e instrumentos varios en los que demostró mucha destreza.
El show estuvo repleto de buenos momentos, rápidos, intensos, íntimos, desmadre total, homenajes a Elvis Presley al final del show con parte del "That´s alright mama" o el "Tainted Love" de Soft Cell hicieron que la gente lo pasara en grande, pero sin duda el gran momento fue cuando sonó el gran éxito de la banda "Johnny got a Boom boom"
Sin duda estamos ante una banda y una artista que nos van a dar muchas alegrías.
Sensual cuando tiene que serlo, salvaje cuando toca, siempre cuidando su voz y tratando de dar el mejor espectáculo, Imelda May se merece un sobresaliente en la actuación de anoche.