Lo que han hecho Los Zigarros esta noche de viernes en el Wizink Center de Madrid para celebrar 10 años de carrera está al alcance de muy pocos, primero porque pocas bandas de rock and roll llegan a durar diez años, segundo, porque no hay una banda en el panorama actual que conecte de una manera tan brutal con su público como ellos y tercero porque el repertorio y la ejecución del mismo es de otro planeta.
Ovidi, Alvaro, Natxo y Adri conforman el cuarteto más sólido que he visto en años, sin artificios, puro talento fruto de muchísimos años de trabajo y de una pasión desmesurada por lo que hacen.
Pasadas las 21:30, los chicos se presentaron ante un escenario que, si bien ya conocían, nunca había sido suyo de pleno dominio, sus colaboraciones en la gira de Fito y alguna celebración, véase el Rock n Rios del año pasado, hacía que el escenario fuera algo no tan nuevo como quien debuta de primeras, si bien como decíamos, nunca había sido territorio Zigarro.
Desde el inicio del concierto el público mostró una predisposición tremenda para que todo saliera de maravilla, todos quieren ver a Los Zigarros en lo más alto, se han ganado ese cariño y respeto a base de buen rollo, temas que ya son himnos y guitarrazos incontestables.
Como decía Ovidi en la entrevista que nos concedió nada más certificar el sold out en Madrid, “la sorpresa seremos nosotros. Estos cuatro tiarracos subidos ahí, en el Wizink, metiendo una caña de la ostia y dando un concierto muy especial“, y así fue, algo más de 20 canciones que, distribuidas de una manera muy inteligente, resume la carrera de la banda, una carrera de 10 años que acaba de comenzar, porque estos chicos tienen cuerda para rato.
La conexión que muestran entre ellos es increíble, sin mirarse saben donde están en cada momento, el combo rítmico Adri-Natxo que es una apisonadora y la dupla de guitarras de Ovidi en la rítmica y un Alvaro que en los solos, que está a un nivel estratosférico, hacen que esta banda estén donde están y su carrera siga en ascenso.
No faltó ningún himno como “Hablar, hablar, hablar”, “A todo que si”, “Dentro de la ley” , “Dispárame” y por supuesto “Voy a bailar encima de ti” o “Qué demonios hago yo aquí” con la que terminaron y se despidieron de su público madrileño, su mejor plaza, en la que les respeta, admira y quiere a partes iguales.