“Mi voz está bien, pero mi cuerpo está débil”, con estas palabras, Ozzy Osbourne ha querido ponerle sentido a algo que se veía venir, pero que nadie quería que sucediera: su retirada definitiva de los escenarios.
Diagnósticado de Parkinson y a sus 74 años, ha cancelado los conciertos que Black Sabbath tenía pendientes por su “debilidad física”: “Lo siento mucho, nunca imaginé que esto terminaría así”.
Hace 4 años sufrió un accidente en el que su columna vertebral se vio muy afectada, todo esto después del accidente que sufrió con su Quad en 2003, la caída doméstica en 2019 y la operación en la que le tuvieron que poner 15 tornillos en la columna y cuello.
Ahora, el cúmulo de enfermedades y dolencias le han hecho parar de golpe toda actividad que conlleve desgaste físico como puede ser la gira mundial que tenía preparada con lo Black Sabbath.
“Esta es probablemente una de las cosas más difíciles que he tenido que compartir con mis leales seguidores, después de tres operaciones, tratamientos de células madre, terapias físicas interminables, mi cuerpo está débil. Me siento honrado por la manera en la que habéis conservado las entradas para nuestros conciertos durante todo este tiempo, pero siendo sensatos he llegado a la conclusión de que no estoy físicamente en condiciones de llevar a cabo los conciertos de la gira europea, porque no puedo resistir los viajes que requieren. Creedme cuando digo que solo la idea de decepcionar a mis fans realmente me jode. Mucho más de lo que imagináis”
La última esperanza
en las declaraciones que ha hecho, Osbourne comenta que “Nunca imaginé que mis días de giras terminarían así. Mi equipo está tratando de buscar fórmulas que me permitan volver a actuar bajo un formato que sin que tenga que viajar de ciudad en ciudad o de país en país”. Esto es un pequeño halo de luz para sus fans, suena a residencia en Las Vegas o varios conciertos en alguna gran capital…veremos lo que nos depara el futuro.