El desembarco del iPhone 5 y su puesta en escena está a la vuelta de la esquina.
El desembarco del New iPhone, deApple, reunirá una serie de características técnicas muy particulares destinadas a hacer las delicias de los usuarios y facilitar sus diferentes usos y manejabilidad. Llegados a este punto, es bueno hacer un repaso de los detalles concernientes al smartphone que se han dado a conocer en los últimos meses.
– La denominación.
El año pasado hubo sorpresa: no se conoció el iPhone 5, sino el iPhone 4S. Parecía claro que ese nombre se quedaría aparcado para el bautizo del modelo de 2012. No obstante, la presentación de una tableta que responde a la denominación de nuevo iPad, y no iPad 3, tal y como se esperaba, invitó a pensar en la posibilidad de que Apple tomase esta norma también con su teléfono.Al final parece que se impondrá en nombre de New iPhone.
– Media pulgada más.
Finalmente, Apple habría dado su brazo a torcer. Atrás quedan varios años de resistencia para aferrarse a la doctrina de Steve Jobs, quien sostenía que 3,5 pulgadas es el formato óptimo para controlar una pantalla táctil en un teléfono. Los de Cupertino, ahora comandados por el sucesor de Jobs, Tim Cook, viran el barco y aceptan un nuevo estándar. Esta vez, serán cuatro las pulgadas las que se distribuyan en diagonal en el panel del iPhone 5.
– En cintura.
Según se ha llegado a asegurar, el nuevo teléfono deApple tendrá un grosor de sólo 7,6 milímetros. Para llegar a esta medida, no sólo habrían recurrido a una pantalla que ahorra espacio entre capa, sino que además se habría optado por una nueva disposición en la batería, que ahora será más delgada y alargada. El uso de nuevos materiales en el diseño del dispositivo también supone otro granito de arena en favor las medidas del terminal.
– Adiós al cristal.
El iPhone 5 podría tener un aspecto más resistente. La trasera del terminal sería de materiales metálicos. Quizás siga siendo recomendable recurrir a carcasas adicionales o fundas, pero más por motivos de personalización o por querer asegurarse de que el dispositivo esté lo más protegido posible, en lugar de tratarse de una tarea casi obligada.
– Nuevos puertos.
El iPhone 5 estrenaría una nueva toma propietario, que se distingue de la generación anterior en una nueva configuración de entre ocho y 16 pines, frente a la clásica de 30 pines. No está totalmente claro cómo será este puerto, pero de lo que parece que no hay duda es de que será visiblemente más pequeño. También se ha dicho que podría estar imantado, una característica de seguridad procedente del conector MacSafe de los portátiles de la casa, aunque esta posibilidad resulta un tanto más remota.
– SIM, microSIM y nanoSIM.
Apple dio un golpe en la mesa, y la cubertería de la competencia saltó por los aires. Fue la firma californiana la primera en ponerle las pilas al mercado apostando por el estándar microSIM, y aunque no todos los fabricantes lo han adoptado por igual, la mayoría de móviles de primer nivel funcionan con estas unidades.
Pues se aproxima una nueva sacudida: Apple ahora quiere que el usuario emplee una tarjeta aún más pequeña, la nanoSIM. El iPhone 5 parece que será el primer equipo en valerse de estas unidades, y de hecho, las operadoras ya empiezan a abastecerse de éstas ante el aluvión que se pronostica.
– NFC, otro deporte de contacto.
Near Field Communication, o comunicación por proximidad. En la práctica, tal es la proximidad que requiere este sistema de transmisión de datos que hace falta poner en contacto físico a dos dispositivos compatibles para que se active. Es la conexión de moda en todo el mundo para el sector móvil, y aunque cuenta con varios años de implantación —Nokia ya lo incluyó en alguno de sus modelos hace mucho—, no ha sido hasta hace un par cuando ha empezado a atraer la atención de los fabricantes.
La presencia del NFC es otro de los rumores que se dan por seguro, y su utilidad estaría enfocada a la sincronización de datos, así como a compartir archivos entre iPhone o para emplear equipos de audio inalámbrico. Estaría por ver si también sería posible usar el iPhone 5 con la función más interesante de cuantas dan de sí el NFC: la de realizar pagos con el móvil como si fuese una tarjeta de crédito.
– La controversia del LTE.
Este punto es especialmente polémico. Parece inevitable que Apple haga que su iPhone 5 sea compatible con las redes móviles de cuarta generación LTE. La incógnita está en saber si habrán aprendido de las controvertidas limitaciones de su nuevo iPad o si por el contrario, y tal y como publicó The Wall Street Journal hace unos días, la sexta generación de teléfonos de la casa operará sobre las distintas bandas de frecuencia habilitadas en distintas partes del mundo para comunicarse en velocidades 4G.
– El nuevo Exmor RS y la cámara centrada.
El iPhone 4S incluía una cámara de ocho megapíxeles basada en el aplaudido sensor Exmor R de Sony. Antes incluso de que se estrene en uno de los nuevos SonyXperia, Apple podría haberse hecho con la disposición para instalar la segunda generación de estos interesantes sensores en su nuevo iPhone 5.
No habría un aumento en la resolución de captura, pero muy probablemente una serie de mejoras técnicas que darían como resultado capturas más luminosas y con colores más auténticos. La presencia de un nuevo estabilizador para vídeo, así como un software controlador más completo también son candidatos a completar las funciones del iPhone 5 como cámara compacta. Por cierto, que el sensor secundario cambia de posición, y pasaría de estar junto al auricular a situarse sobre éste.
– Y finalmente, el procesador.
Por último, pero no por ello menos importante, está por ver si Apple dará el salto a la tecnología quad-core o persistirá en una unidad de doble núcleo, como en el nuevo iPad. Las últimas pistas que se han tenido al respecto inclinan la balanza en la primera dirección, con lo que nos encontraríamos con un chip A6 basado en la tecnología vista en el Samsung Exynos que ya conocemos por los Samsung Galaxy S3 y Samsung Galaxy Note 2.